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HEIDELBERG Y SU ACROPOLIS

Una de las excursiones que decidimos hacer desde Frankfurt fue visitar la ciudad de Heidelberg, ya que es una de las ciudades más bonitas para visitar por la zona.
Yo había estado de pequeña en Heidelberg y lo recordaba como una ciudad muy bonita y que tenía una pequeña acrópolis en lo alto de la ciudad


Vista rio y Acropolis de Heidelberg

Se tarda algo más de una hora en tren desde Frankfurt y cogimos un billete de estos especiales de fin de semana que entran varias personas en el mismo precio. Pese a que era pleno agosto, en Heidelberg hacia más frió que en Frankfurt, pero el niño iba muy preparado con su plumas y su gorro de invierno.
Heidelberg es una ciudad preciosa. La parte baja me recordó en esta ocasión a la ciudad de Brasov en Rumania ya que tiene la misma estructura y edificios: una calle peatonal larga bonita terminada en una plaza con una bonita iglesia llamada en este caso iglesia del Espíritu Santo de estilo gótico.


Calle peatonal en Heidelberg

El centro histórico de  Heildelberg está bien conservado y consiste principalmente en una gran zona peatonal con muchos edificios de estilo barroco entre ellos el famoso hotel Zum Ritter, que de todos los edificios es uno de los que más me gustó de la ciudad.
Destaca también la Plaza del Mercado con unos bonitos edificios alrededor, una columna en el centro y unas vistas buenísimas al castillo de la ciudad. Desde esta plaza es donde mejor se pueden sacar las fotos a la acropolis.
Edificio Barroco Hotel Zum Ritter en Heidelberg

Vista de la Acrópolis desde el casco viejo

Aprovechamos también para comer en el barrio universitario en un comedor donde comimos súper bien y barato. En Heildelberg se halla la universidad más antigua del país. El barrio universitario forma parte del centro de la ciudad con su biblioteca al lado de las céntricas tiendas y bares. Es una ciudad universitaria con mucha vida. En la plaza de la Universidad visitamos el viejo Convento Agustino donde Lutero expuso sus tesis doctorales.
Si hay algo que les da mucha vida a las ciudades alemanas, son sus rios que las cruzan. En este caso es el rio Neckar, que es un afluente del rio Rin. Lo que es una maravilla en el puente antiguo es su puerta con dos torreones que parece que vamos a entrar en el país de las hadas. En realidad era una de las puertas de entrada a la ciudad vieja de Heildelberg.


Antigua puerta ciudad de Heidelberg

Rio Neckar en Heidelberg

La súper estrella de la ciudad de Heidelberg es su Acrópolis. Aunque ellos lo llaman castillo o fortaleza, yo no considero llamarlo así, ya que un castillo para mí es otra cosa. La Acrópolis de Heidelberg es un conjunto de castillos y palacios de amplio tamaño, por lo que creo que es más adecuado llamarla así: acrópolis.
Subir a la acrópolis con el carrito del bebé fue algo complicado. No sabíamos que había un tren cremallera y subimos por las calles empedradas que nos costó mucho y fue muy incomodo.
La Acrópolis de Heildelberg es alucinante, desde arriba las vistas a la ciudad son esplendidas, sobre todo las del rio y sus puentes.

Vista de Heidelberg desde la Acropolis

La famosa Acrópolis no sólo es el lugar más destacado de la ciudad, sino la ruina más famosa de Alemania.
La Acrópolis tiene construcciones desde el S. XIV al XVII y entre ellas destacan sobre todo la Gran Torre y la Puerta de Isabel. A través de la Torre del Portal se accede al patio donde existe una importante serie de pabellones palaciegos preciosos de estilo barroco.
La Dicker Turm (torre gorda) en su interior alberga el Museo Alemán y un barril gigante de 220.000 litros de capacidad, es impresionantemente grande. La Acrópolis además está rodeada de jardines, en definitiva un remanso de paz si no fuese por los grupos de turistas alrededor que hacen que no te sientas solo.
Gran Torre Acrópolis Heidelberg

Acrópolis castillo de Heidelberg


Por la tarde como hacía mucho frio y llovía un poco, yo con el bebé nos metimos en una cafetería y mi marido se fue donde está el puente viejo a sacar fotos desde la otra parte del rio para inmortalizar vistas de la ciudad y de la Acrópolis.

Desde aquí volveríamos a Frankfurt y otro día iríamos de excursión en barco a la ciudad de Rudesheim.

Comentarios

  1. Un poco del medioevo en cada rincón. Me encanta.

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    Respuestas
    1. A mi también, pero el frío que hizo ese día en pleno agosto!! eso tampoco se me olvida...

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